CAPÍTULO 229

El salón principal estaba lleno, su techo abovedado resonando con susurros que parecían aferrarse a la piedra. Los participantes, aquellos que habían sido atrapados, probados y quebrados por el Celestino, se agrupaban en pequeños grupos cautelosos. El miedo persistía en sus ojos, la sospecha en sus ...

Inicia sesión y continúa leyendo