CAPÍTULO 240

La noche estaba tranquila, el lago centelleaba bajo las estrellas. Nikolas y Saphira yacían juntos en la suave hierba, el sonido del agua golpeando suavemente la orilla. Pero a medida que pasaban las horas, algo cambió.

Saphira fue la primera en moverse, sus ojos se abrieron a un extraño resplandor...

Inicia sesión y continúa leyendo