CAPÍTULO 44

Saphira se agachó, su respiración estable pero su pulso martillando mientras mantenía un ojo agudo tanto en los guardias como en el área circundante. Asher se sentó junto a ella, igualmente concentrado, aunque podía sentir la tensión emanando de él en oleadas.

Al otro lado del claro, Finn y Amara s...

Inicia sesión y continúa leyendo