CAPÍTULO 78

La oficina estaba ahora tenuemente iluminada, las últimas franjas del crepúsculo deslizándose bajo el horizonte. Saphira estaba sentada de lado en una de las sillas de cuero, con las piernas dobladas debajo de ella, su mirada alternando entre el fuego crepitante en la chimenea y la silenciosa extens...

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