CAPÍTULO 80

La luz del sol se filtraba por la ventana en delgadas cintas, tiñendo de oro el borde de las sábanas. Saphira parpadeó ante la luz, estirándose bajo el cálido peso de la manta. La mañana era tranquila, aún envuelta en la suavidad de una noche sin alarmas ni temores.

Nikolas salió del baño, con una ...

Inicia sesión y continúa leyendo