CAPÍTULO 8

Dos horas pasan en silencio, y aún no hay señales de Nikolas.

Saphira finalmente decide recoger la taza de café intacta de la mesa cerca de la puerta del dormitorio. Mientras se acerca, una ansiedad creciente se enrosca en su pecho. Acelera el paso, sus dedos se envuelven alrededor de la taza antes...

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