CAPÍTULO 98

El aire de la mañana era fresco, con un leve aroma a pino y rocío, y los pasillos de la casa de la manada se sentían demasiado silenciosos tras la partida. Saphira estaba cerca de las grandes ventanas, observando cómo las últimas huellas se desvanecían en la luz del sol. Los dos equipos se habían id...

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