Capítulo 76) Su flor de cerezo

—Su grito me volvió loco. Sus lágrimas rompieron mi corazón. Sus gemidos taladraron mi alma. Y en todas estas cosas sé una cosa, perra, que nunca te amé como la amo a ella. Nunca me importaste como me importa ella. Mi corazón nunca latió por ti como él—señaló su corazón—aquí empezó a jugar fútbol de...

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