Capítulo 50

Divina se estremeció cuando los helados dedos del terror recorrieron su columna vertebral, y se encontró acorralada contra las lúgubres paredes de la sala de interrogatorios. La mirada del interrogador ardía con un odio venenoso, y ella sabía que le esperaba un mal rato.

—Me escuchaste, bruja—. Su ...

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