Capítulo 226

Mi estómago se revolvía y no podía asimilar completamente lo que Linda acababa de decir. —La casa de la abuela está en llamas—. Decirlo en voz alta lo hacía imposible de ignorar.

—Me di cuenta, cariño. ¿Qué necesitas?

Me mordí el labio y lo miré fijamente.

—¿Kim?

—Creo que vas a tener que conduc...

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