Capítulo 332

Rodó los ojos, pero cerró la puerta y aseguró el coche, antes de quitarse la chaqueta del traje y ponerla sobre mis hombros. —No quiero que te resfríes.

Me mordí el labio, incapaz de hablar (por miedo a soltar lo mucho que quería tener sus hijos), y me acurruqué en el calor. Él tomó mi mano, entrel...

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