Capítulo 394

Él levantó una ceja. —¿Impresionantemente duro, eh?

Me sonrojé. —No es que tenga con qué compararte, pero sí, te sientes impresionante.

Su boca aterrizó en la mía de nuevo y levanté mis caderas otra vez. Entrelazó sus dedos con los míos y arrastró mis manos sobre mi cabeza, presionando sus caderas...

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