Capítulo 581

Y entonces se movió.

Santo cielo, el hombre se movió.

Más rápido, más profundo, más fuerte, entrelazando nuestros dedos y levantando mis manos por encima de mi cabeza mientras enterraba su pene hasta el fondo, construyendo otro orgasmo mientras lo hacía.

—Huck—dije con voz ronca mientras sentí...

Inicia sesión y continúa leyendo