CAPITULO 37

Miró a Catherine, que tenía el ceño fruncido, pero le sonrió con dulzura.

—Tu buen amigo dice que vino a ver a tu bebé —enfatizó las palabras con ironía—. Y trajo un montón de cosas.

Sergio entendió al instante. Se acercó a la cama, dejó las cajas a un lado y rodeó a Catherine con un brazo.

—¿Est...

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