CAPITULO 38

—Gracias por amarme —dijo ella, con voz sincera—. Gracias por amarme sin condiciones.

Sergio la miró con ojos llenos de amor. Aunque sabía que todo era una actuación, ya no podía distinguir entre teatro y realidad. Estaba demasiado hundido en ese papel como para salir.

Lucían cerró la puerta tras ...

Inicia sesión y continúa leyendo