86. Felicidad contagiosa

[Sinclair]

—¡Sinclair, espera! —gritó Maeve desde la entrada, jadeando cuando finalmente me alcanzó, poniendo las manos en las rodillas mientras intentaba recuperar el aliento.

—Lo siento, no quería hacerte correr. ¿Estás bien? —le pregunté, levantando su barbilla para que levantara la cabeza, bus...

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