CAPÍTULO 152

Apenas me había acomodado en el sofá, disfrutando del silencio después de una larga caminata con Lucas, cuando Daisy irrumpió, su rostro pálido de pánico.

—Mia —jadeó, agarrándome la muñeca como si fuera a sacudirme—. Es Nathan—no está bien.

Mi corazón se detuvo por un segundo antes de obligarlo a...

Inicia sesión y continúa leyendo