Capítulo 11

Mientras era muy divertido molestarla, por supuesto dormí en el sofá de Ava. No había nada más aborrecible que forzar a una mujer, o a un hombre, a compartir la cama.

El pensamiento me hizo sonreír un poco. En realidad, era la cama de Ava.

No había nada de malo en tener buenos recuerdos de placer ...

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