Capítulo 251

Leonard y yo volvimos a nuestras formas humanas al llegar al borde del campamento de guerreros, el sonido de la conversación, los gruñidos de los lobos y el choque de metal contra metal llenando nuestros oídos. El aire olía a humo, carne y sudor, un marcado contraste con la fresca brisa matutina.

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