Deseos

No parecía muy arrepentida, pero intuía que era sincera, era de un carácter frio, bastante inexpresivo.  Por el bien de todos aceptaría sus disculpas.

—Por mí no hay rencores, y discúlpame a mí por acusarte del secuestro de mi hijo.

Ella sonrió en su mismo estado de poderío. A veces miraba a Peter...

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