Tu medio hermano

Coloco la taza sobre la mesa y recargo sus brazos sobre la madera, yo no estaba para más rodeos. No iba a juzgarlo, ni a reclamarle nada solo deseaba que pudiera confiar en mí, me ha demostrado que puedo confiar en él.

—No sabía que te gustaba escuchar conversaciones ajenas. —solté una risa sarcást...

Inicia sesión y continúa leyendo