Amenazada

La puerta se abre tempestiva, el agitado viento que entra se lleva mi libido en segundos. Me abrocho la blusa y corro a tomar a Peter, ¿que estoy haciendo? me siento una demente, una cualquiera, como puedo caer tan fácil en los brazos de un monstruo como Vicenzo. El hombre que entro sigue sujetando ...

Inicia sesión y continúa leyendo