Capítulo 22: Entre la culpa y el miedo

Di unos pasos y observé, respiré hondo y observé los restos de mi teléfono celular, mis iris daban testimonio silencioso de cuánto lo despreciaba aún más en ese momento.

No pasó mucho tiempo antes de que alguien llegara, saludó a Stefano. Lo reconocí; era el hombre acostumbrado a limpiar las habita...

Inicia sesión y continúa leyendo