Capítulo 46

—¡Elara!

La voz de Alaric cortó el silencio del vestíbulo del hotel como un látigo.

—¿Cómo pudiste perderlos, James? —Su tono era bajo y afilado, temblando con la clase de ira justa de un Alfa que incluso me hizo encogerme—. Tenías un trabajo, y fallaste.

James estaba allí, pálido y visiblemente ...

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