Capítulo 47

Alaric le arrebató el pendiente a Ella de inmediato, la plata captando la tenue luz y brillando entre sus dedos. Su rostro era inescrutable, pero se sentía como la calma antes de la tormenta. Algo andaba mal.

—Tu esposa— murmuré, sacudiendo la cabeza —. Pensé que ella estaba—

—No es nada— dijo él ...

Inicia sesión y continúa leyendo