Capítulo 24

Estaba muerta de miedo, no sabía qué pensar.

Claramente, no era mi mente la que me estaba jugando una mala pasada. Las sábanas se quemaron bajo mi toque.

—¿Estás bien?— De alguna manera, el fuego había aparecido y luego desaparecido. Como si nunca hubiera estado allí.

Asentí, sin tener siquiera la f...

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