Capítulo: Con mis propias manos

—Doctor... —lo menciona Lucifero y el pobre doctor está bien asustado. Sabe que si ese escolta llega a entrar al baño y ve al otro inconsciente, los podría matar, y el pobre no quiere morir.

—¿Qué necesita, señor?

—Tengo sed, podría regalarme un poco de agua, por favor. Además, quiero ir al baño.

—...

Inicia sesión y continúa leyendo