Capítulo: Una sobreviviente

Minerva insistió en llamar al escolta de Alexander y también cayó en el buzón. —¡No puede ser! Tan solo espero que no le haya pasado nada a Alexander, Dios mío— dijo la mujer, volviendo a tomar asiento.

—¡Llegó un auto! Seguramente son ellos— exclamó Luisa, colocándose de pie y corriendo a la puert...

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