VIRGEN OTRA VEZ

No la llevó de vuelta a su habitación en brazos. Por mucho que hubiera querido, Sarah se sonrojó e insistió en lo contrario. En su lugar, caminaron de la mano. Estaban en silencio, pero no era un silencio incómodo. Más bien, era uno anticipatorio.

Cuando llegaron al hotel, Drake miró a Sarah.

—¿Qu...

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