3- Oscuros secretos
Emilia entra en la habitación mientras Jade se prueba un vestido gris, el vestido le queda perfecto en la cintura y acentúa la curva de su trasero. Jade se mira en el espejo observando su trasero. Emilia limpia el dormitorio en silencio.
—¿Qué tal?
—Se ve increíble, Jess. Cameron no querrá quitarte las manos de encima —le dije levantando una ceja. Ella parece emocionarse con la idea.
Charlie entra en la habitación y se sube a la cama.
En ese momento pongo música en el estéreo de Jade con el bluetooth de su teléfono. Una de las cosas que más me gusta de Jade es que podemos compartir nuestros móviles sin secretos, confiamos tanto la una en la otra, esa es la mejor parte de tener una mejor amiga.
La música empieza a sonar.
Suena una canción de Taylor Swift.
Podríamos dejar las luces de Navidad hasta enero...
Y este es nuestro lugar, hacemos las reglas
—¿Zapatos? —Tomo un par de tacones de plataforma y Jade los agarra, camina hacia la cama de su padre y se sienta. La cama doble es amplia y está perfectamente estirada.
Ronroneando, Charlie mueve la cabeza y la cola cariñosamente contra los brazos de Jade.
En ese momento, Jade se pone los zapatos y camina por la alfombra hacia un espejo colgado en una de las paredes, se mira los tacones.
—Se ven espléndidos, es una suerte que mamá usara los mismos zapatos que yo.
Los ojos color miel de Jade brillan con un pensamiento silencioso, mira curiosamente la papelera, luego se inclina y toma el envoltorio de una caja de condones en su mano. La caja está vacía.
—Emilia, ¿qué es esto? —dice Jade en un tono exigente. Emilia sale del baño sosteniendo una toalla húmeda en una mano y en la otra un jabonero del baño que está limpiando.
—Su padre, señorita Jade... ha estado usando preservativos durante semanas y dejando ropa de mujer en el baño. Aparentemente tiene una amante. ¿No lo sabía?
—¿Una amante? —repite Jade con una voz temblorosa de ira— ¿Y duermen aquí en la casa?
—¿A qué hora?
—Probablemente cuando usted está en clase, señorita Jade.
—Bueno, eso explica por qué la habitación se ve tan cálida y limpia —dije con una voz suave. Jade suspira y me mira con ternura.
—La habitación está limpia y ordenada gracias a Emilia, no hay razón para que mi padre traiga chicas aquí.
—No me mires así, mi niña Jade, si lo supiera te lo diría, pero su padre no se deja ver con su nueva novia —dice Emilia.
—Claro que no, por eso salió hoy porque es fin de semana y no podía traerla a casa porque Vicki y yo estaríamos aquí.
El rostro de Jade tomó una expresión sombría.
—¿Es tan malo? —pregunto y coloco mi mano en el hombro de Jade mientras ella se sienta en la cama junto a mí. Ahora parece una de esas gloriosas princesas de las revistas de bodas, con un hermoso vestido y el rostro lleno de preocupación.
—Es solo que no me gusta que papá lo oculte de mí, no quiero que esas mujeres malvadas jueguen con él —explica Jade.
—No creo que tu padre sea el tipo de hombre con el que una mujer pueda jugar —murmuro con una sonrisa, incrédula de que a Jade le importara la seguridad emocional de su padre.
—¿De qué estás hablando?
—Porque probablemente él sea el que podría jugar con otras mujeres.
—No —dijo Jade levantándose de repente, Charlie se sobresaltó—. Mi padre no es así.
—Vicki, solo porque es guapo y tiene dinero, pero en realidad es un buen tipo.
—Entiendo, así que no te preocupes —digo dulcemente—. Estoy segura de que la mujer que elija será maravillosa.
***Y hay un deslumbramiento aquí, una manera misteriosa sobre ti, querido
¿Te he conocido veinte segundos o veinte años?***
Nos miramos en silencio y mi amiga se siente tranquila con mis palabras.
—Listo, tengo que irme, mamá me pidió que llegara temprano para preparar la cena, haremos sushi. Pero estaré para ti cuando me necesites, ¿ok? No te preocupes.
—Está bien, gracias por la visita, fue divertido —murmura Jade, me acompaña hasta la puerta principal de su lujosa mansión. Abrazo a Jade, le digo adiós y salgo por la puerta.
Al llegar a casa, veo a mi madre de un humor inusual. Las luces en mi hogar me hacen sentir cálida y segura, por alguna razón no me gustó la idea de que el papá de Jade estuviera saliendo con otra mujer, y especialmente no me gustó la reacción de Jade a eso.
—¡Mamá, hola! ¡Estoy en casa!
—Hola, cariño, estoy en la cocina —me saluda mi madre, sus ojos marrones brillan intensamente y noto algo en ella que no había visto antes, está realmente feliz y se ve muy arreglada.
—¿Te has preparado para ir de compras?
—No del todo.
—¿Entonces saldrás más tarde? —pregunto, pero mi madre solo prepara la lasaña junto al sushi y se sirve una copa de vino.
Luego me quedo en silencio, mirándola. Ella se muestra sospechosa y cede ante el cuestionamiento de su hija.
—He comenzado a ver a un hombre —dice mi mamá serenamente. Mis ojos se entrecierran; trato de entender lo que mi madre está diciendo.
—No quería decirte nada hasta estar segura de hacia dónde va todo —dice mi madre—. Quiero que me des un poco de tiempo, pero él es maravilloso y estoy segura de que se llevaría muy bien contigo.
—Está bien, mamá, pero ¿puedes decirme quién es? ¿Por qué esconderme algo así?
—¿Quién es el hombre?
—No quiero asociarlo con mi familia hasta tener algo estable y seguro. Vick, cuando seas madre lo entenderás.
Justo entonces, suena mi teléfono y contesto la llamada. Escucho la voz de Jade al otro lado del teléfono.
—Dime, Jade —digo tomando una galleta de chocolate de la cocina.
—Necesito que vengas conmigo esta noche, Vick —dice Jade, su voz suena triste, a punto de llorar.
—Jade, ahora no es un buen momento.
—Eres mi mejor amiga, necesito apoyo emocional. Te buscaré en una hora en mi coche.
—Jade, pero...
—Por favor, Vicki, prometo estar ahí para ti cuando me necesites, me acompañarás a cenar con Cameron, por favor, no quiero ir sola y nos divertiremos, lo prometo —suplicó con un tono de cachorro.
—Está bien, está bien, tengo que ayudar a mi mamá con la cena y darme un baño, nos vemos en dos horas, ¿ok?
—Perfecto.
—Espera, dime, ¿cómo debo vestirme? —pregunto, no estoy muy al tanto de los códigos de vestimenta de Jade y su lujoso armario.
—Está bien, solo usa un vestido, elegante y sexy. ¿Quizás en gris, mostrando un poco de escote o hombros? —sugiere Jade por teléfono.
—Umm, me pondré un vestido negro ajustado y tacones brillantes de Vickinder McQueen.
—Genial, te verás fantástica —dice Jade, ahora su voz suena calmada.
—Buen provecho, saludos a tu madre.
Vicki cuelga.
***¿Puedo ir a donde tú vas?
¿Podemos estar siempre cerca? por siempre y para siempre, y siempre.***
—Era Jade, te manda saludos. Saldré esta noche.
—Genial, te vendrá bien distraerte, no has salido ni conocido gente nueva desde que llegamos —dice mi mamá.
—Mamá, no creas que olvido que tenemos que hablar.
—No lo haré, cariño, prometo hablar contigo pronto.
Una hora después, estoy lista con mi vestido negro favorito, terminé de alisar mi largo cabello rubio cuando mi celular comienza a vibrar. Miro por la ventana superior de mi habitación, Jade está en su coche, y las luces delanteras están encendidas, en la entrada de mi casa.
Salgo corriendo de la habitación. Bajo las escaleras y grito adiós con un tono dulce, a mi madre.
—Debo irme, mamá, nos vemos mañana. Te quiero.
—¡Diviértete, cariño!
—¡Hablamos mañana, mamá!
