7- Gardenias en sus ojos
—¿Hola? —digo dulcemente al contestar la llamada de Jess.
—Tengo noticias para ti, mi papá salió con la nueva mujer que está viendo. Y me mintió, negó que la vio —dice Jess.
Suelto una ligera risa, Jessica es increíblemente astuta.
—¿Cómo sabes que la vio? —pregunto con voz alerta, cautelosa de que Jessica pueda sospechar algo.
—Porque lo conozco, sé que me mintió —explica Jessica—. Y creo que la verá de nuevo.
—¿De nuevo? —digo con voz alarmante. Dejo de aplicar la crema facial que estaba usando para hidratar mi rostro y camino hacia la ventana de mi habitación, escuchando la voz de Jessica.
—No puedo creerlo —digo, soltando un gemido.
—Yo tampoco, no se conforma con solo almorzar con ella, la verá de nuevo —dice Jess.
—Jess, tengo que colgar —le digo.
—Recuerda el pastel de chocolate —dice.
—Sí, tengo que ir a la cocina a revisar el horno —explico y cuelgo la llamada.
En la cocina, mi madre está revisando el horno y sacando la marquise de chocolate recién horneada.
—Se ve deliciosa —le digo a mi mamá.
—Siento haber llegado tarde para cocinarla juntas —me disculpo.
—No te preocupes, cariño, la verdad es que disfruté mucho cocinándola. Puedes decorarla si quieres, hay fresas frescas y crema batida en el refrigerador —dice mi madre.
—Genial —sonrío.
Ella parece feliz. Algo dentro de mí se siente culpable, sé que está feliz porque piensa que James la ama. Pero él me ama a mí. Ojalá pudiera decirle esto de una vez por todas y terminar con esta farsa, pero James prometió hacerlo, probablemente se lo diga hoy. Necesito respirar hondo, no debo alterarme ni discutir con mi madre.
—Voy a llevar una rebanada para darle a una amiga. Puedes llevarle algo a Jessica también, cariño —dice mi mamá.
—Genial. ¿Y vas a ver a tu amiga esta tarde? —pregunto, sintiendo la ansiedad subir por mi garganta.
—Sí, cariño, voy a vestirme.
—Genial —murmuro tristemente mientras veo a mi mamá sacar el pastel del horno, feliz, bailando, casi parece 10 años más joven. Toma dos pedazos de pastel, aún se puede ver el chocolate derretido, y los pone en dos recipientes para llevarlos con ella.
Veo a mi madre prepararse para su cita con James, quien también es mi novio, y no puedo evitar sentirme incómoda, celosa. Ella se ve hermosa y radiante, incluso tan joven que podría ser mi hermana mayor. Mi madre, Alissa, lleva un vestido verde ajustado que abraza su cuerpo, sus caderas y largas piernas destacan en el vestido. No puedo evitar preguntarme si James realmente se siente atraído por mi madre, incluso más que por mí.
Me recuesto en la cama de mi madre y la observo profundamente, mis ojos azules reflejándose en el espejo del tocador mientras mi madre se aplica maquillaje. Sus ojos azules, igual que los míos, están delineados con eyeliner.
—Te ves muy bonita —murmuro a mi madre.
—Gracias, cariño. ¿Puedes ayudarme a subir el cierre del vestido, por favor? —me pide. Me levanto de la cama y con manos temblorosas, subo el cierre del vestido de mi madre desde su cintura hasta su busto.
—¿Y cuáles son tus planes para esta noche? —quiero saber.
—Solo vamos a salir, quería ver una película pero él cambió de opinión. Dijo que me llevaría a cenar.
—¿A cenar? —pregunto nerviosamente.
—Sí, sospecho que quiere hablarme de algo importante. Tal vez quiera formalizar la relación —dice mi madre, y en ese momento siento una fuerte presión en el estómago.
—Mamá, ¿no crees que te estás apresurando demasiado con él?
—Cariño, cuando te conviertas en mujer, lo entenderás. No se trata de hacer esperar al hombre, sino de hacerle ver que eres la mejor opción para él, y que indudablemente, si te tiene, puede perderte en cualquier momento —asegura mi madre. Pone una pierna sobre la silla frente a su espejo y acaricia su esbelta pierna mientras aplica loción corporal.
—¿Te afeitaste las piernas?
—¿Está planeando acariciarte las piernas? —digo. Mi madre sonríe con picardía.
—Mi amor, por supuesto que tengo que afeitarme, también me he depilado la zona íntima, y uso una crema blanqueadora y otra para cuidar mi pH, la higiene íntima es muy importante.
—Mamá, ¿qué estás diciendo? Pensé que solo iban a cenar —digo, con los ojos ardiendo de celos.
—Pero probablemente después me lleve a su casa —dice y me guiña un ojo—. Creo que quiere presentarme a su hija. Y estaré lista para la acción —añade, sonriendo espléndidamente.
—Tal vez no venga a dormir esta noche —concluye mi madre mientras se pone sus tacones de 10 cm. Mi corazón se acelera con estas últimas palabras. No puedo creer que James vaya a engañarme con mi madre, la misma tarde en que nos besamos en su oficina y me prometió que terminaría con ella.
Mi madre recoge su bolso negro de Chanel, a juego con sus tacones. No puedo negar lo hermosa y sensual que es mi madre, y siento que nunca podría competir con su belleza. Mi madre tiene razón, ella es una mujer madura, sabe cómo seducir a James, yo solo soy una chica, virgen e inexperta.
—Adiós, cariño —dice mi madre antes de salir por la puerta—. No me esperes despierta —añade.
En ese momento, no puedo soportar los celos que crecen dentro de mí. Tomo mi teléfono y llamo a Jessica. No puedo negar lo feliz que se ve mi madre porque está saliendo con James, brilla con gardenias en los ojos, gardenias en los ojos y lágrimas en los míos.
—¿Hola?
—Hola Jess, ¿puedes venir, por favor? Necesito hablar contigo.
