No menciones eso

El vaso en mi mano temblaba mientras lo levantaba hacia mis labios, pero antes de que el bourbon pudiera tocar mi lengua, Mateo me arrebató la botella.

—Ya es suficiente, Luther.

Lo miré a través de una neblina, sin estar divertido. —Devuélvemela. —Mis palabras se arrastraban mientras me estiraba ...

Inicia sesión y continúa leyendo