Te quiero

Salí del ascensor, tropezando en el pasillo como una bestia destrozada. Mi expresión sombría se suavizó un poco al ver a Leo, que caminaba de un lado a otro.

Me vio casi en el mismo segundo y sus cejas se alzaron. Me acerqué a él, intentando con todas mis fuerzas ocultar mi miseria. Pero con el cor...

Inicia sesión y continúa leyendo