La reunión

—¿Está bien, señora? —preguntó Miguel de nuevo, mirándome. Me movía tanto en mi asiento. Me acomodaba la chaqueta una y otra vez. Respiraba profundamente. Mostraba todos los signos de que no estaba bien.

Aun así, asentí con una sonrisa—. Sí, lo estoy.

No parecía lo más mínimo convencido. Y simplem...

Inicia sesión y continúa leyendo