Charla de medianoche

—Elena—, la mirada confundida de la tía Vanessa me recorrió y luego miró a Vince y de vuelta a mí—. Elena, querida. ¿Estás bien?

Ella extendió su mano hacia la mía y yo me estremecí. Era por la culpa que me ahogaba. Estaba pálida y temblorosa, también sin palabras.

Vince retrocedió, pasando los de...

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