¡Mátala!

El tono carmesí de los rayos del sol se filtraba a través de mis gruesas cortinas. Era una mañana sombría, que me tenía sumido en pensamientos profundos. Me tenía caminando de un lado a otro sin descanso. Un millón de pensamientos golpeaban mi cabeza a la vez. Y tratar de ordenarlos era jodidamente ...

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