El visitante

—¡¿Cómo diablos es tan difícil encontrar a dos personas?!— grité, golpeando la mesa con las manos. Todos se estremecieron, con la cabeza baja.

—Lo sentimos, Alpha…

—Cállate. No eres tú quien me debe una maldita explicación— silencié al soldado que estaba hablando. Es el hombre de confianza de Migu...

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