¿Alucinando?

Me tomó un tiempo convencerme de que no estaba alucinando y que ella realmente estaba parada frente a mí.

—Anastasia… —susurré su nombre, y así, todo el dolor enterrado y los recuerdos dolorosos de ella surgieron en mi corazón, enviando un temblor a mi voz.

No he dicho su nombre desde que sus ceni...

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