Espeluznante

Padre y yo hablamos un rato antes de que se quedara dormido. Hablar con él fue terapéutico y me alivió un poco del estrés.

Fui a buscarme una bebida en la máquina expendedora. Ya había conseguido mi bebida cuando me di la vuelta, y Madre—madrastra estaba parada frente a mí.

Había una mueca sombría...

Inicia sesión y continúa leyendo