Oferta

—¿De quién es esa voz? —Era imposible mantener la rabia fuera de la mía. Poco a poco, la pura hambre de arrancar los ojos de cada rebelde en este pasillo me estaba consumiendo.

Él se mordió el labio inferior en una risa contenida—. Hay, digamos, 400 mujeres en el edificio. ¿No sería una locura si r...

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