Él se lo dio todo

Me puse pálida. Mis ojos ansiosos se dirigieron a la puerta que estaba entreabierta. Me apresuré hacia ella, cerrándola firmemente con las llaves.

—Madre— me volví hacia ella con una risa nerviosa —¿De qué estás hablando?

—No juegues conmigo, Tracy. Ya sé que estás embarazada—. Sus ojos y su voz e...

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