Nervioso

—¿Está bien, señorita Elena? —preguntó el señor Williams, mirándome con un nivel grave de preocupación.

—Estoy... bien —dije, esforzándome por no mostrar lo nerviosa que estaba. Pero esconderlo solo aumentaba la sensación de asfixia que sentía.

Había un nudo paralizante en mi pecho. Mis dedos temb...

Inicia sesión y continúa leyendo