Ya veremos

No. Cerré los ojos y maldije mis oídos. No necesitaba sus disculpas. Solo harían que la perdonara más rápido de lo que pretendía. Harían que mi enojo pareciera una tontería.

—Lo siento, Vince…— estaba tratando de tocarme de nuevo.

Me aparté rápidamente. —No hagas eso. No te disculpes. No tengo el ...

Inicia sesión y continúa leyendo