Capítulo catorce

Él camina hacia Cross y hacia mí, con un coche a unos pocos pies detrás de él, parado en ralentí, con una pistola en la mano y una expresión de malicia.

—¡Viniste! —grito mientras me pongo de pie, y no espero a que llegue hasta mí. Corro a toda velocidad, con lágrimas en los ojos mientras lo abrazo...

Inicia sesión y continúa leyendo