Capítulo veintiuno

Es difícil dejarlo.

Miro hacia atrás más veces de las que puedo contar con una mano solo para captar un vistazo de su rostro mientras duerme. Me acaricio los labios con los dedos, aún sintiendo la emoción donde sus labios tocaron los míos en un apasionado abrazo.

¿Realmente puedo dejarlo?

¿Realme...

Inicia sesión y continúa leyendo