Capítulo siete

Me mira con ese humor travieso que dice que disfruta poniéndome nerviosa.

—¿Lo mejor? Lo dudo mucho —escupo frustrada, y él se rasca la barbilla contemplativamente.

—Aunque, ¿realmente se considera que me estoy forzando en ti cuando estás tan malditamente ansiosa por ello? —me provoca y yo jadeo.

...

Inicia sesión y continúa leyendo