Capítulo 59: El tío Adam puede ayudar

Los trillizos se quedaron congelados al instante, sus caras con bigotes de leche se volvieron serias en perfecta sincronía. Tres pares de ojos idénticos se abrieron de par en par al escuchar un ruido sordo.

—¿Mamá?— llamó Alex, derramando leche sobre el borde mientras dejaba su taza bruscamente. —¿...

Inicia sesión y continúa leyendo