CAPÍTULO 62

Dudó, probablemente ya había adivinado lo que pasaba por mi mente en ese momento cuando mis ojos se posaron en ese valle sagrado entre sus pechos. —De acuerdo, pero no tenemos tiempo para nada más, por desgracia. Tenemos que estar abajo en cinco minutos—, dijo.

—Claro. Tenemos toda la noche después...

Inicia sesión y continúa leyendo