Capítulo 10

En casa, estaba pensando en cómo darle la noticia a Ashima cuando de repente sonó el timbre. El mayordomo abrió la puerta rápidamente, revelando a Ashima parada allí.

—Bienvenida, Ashima— la saludé con una cálida sonrisa, y ella me devolvió el gesto.

—Ve y arréglate. Yo me encargaré de preparar la...

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