Quiero a mi esposa

CULLEN

—¿Está hecho?— repetí, casi en un susurro.

Pero podía sentir que todo mi cuerpo empezaba a arder, a hervir desde adentro hacia afuera. Estaba subiendo rápido ahora, esta ira. Un tipo de ira que nunca había sentido antes. No así.

—Mira, Cullen— dijo mi padre, y por primera vez, se veía... c...

Inicia sesión y continúa leyendo